Unas claves para arrojar un poco de luz sobre lo que es y lo que no es la Meditación. Aquí explicamos a grandes rasgos LO QUE SÍ ES MEDITAR Y CÓMO SE MEDITA.
MEDITAR SÍ ES…
…donde empieza el fin del sufrimiento. Dado que en el estado meditativo no hay actividad mental, no hay deseos ni rechazos. Hay una comprensión muy profunda que Todo Es como Es, ni bueno ni malo (que son valoraciones que le pone nuestra mente).
…descubrir Quién Soy de verdad, más allá del personaje que tiene nombre, forma, cuerpo, edad, profesión, familia, relaciones sociales, dinero, posesiones, creencias… Tenemos esos atributos, pero no somos esos atributos.
…descubrir cómo es la Vida sin la intermediación de la mente, sin etiquetas, sin discursos mentales. Se vuelve a aprender la Percepción Pura. Vivir la vida en lugar de pensarla.
…volver a ser como los niños pequeños, con una actitud de sorpresa y asombro continuos. Así es como se entra en el «Reino de los Cielos».
MEDITAR SÍ ES…
… vivir la vida en un estado meditativo, activando el pensamiento sólo cuando es conveniente. Es decir, invertir la costumbre que tenemos de estar pensando siempre.
…salirse de la dualidad y experimentar el ADVAITA = la no-dualidad, donde el testigo y lo atestiguado (el sujeto y el objeto, el observador y lo observado) son no-diferentes, no-dos, son Uno. Se experimenta que el mundo que aparece tan separado, es solo una apariencia, realmente no es así. Como cuando te despiertas de un sueño y dices «Aahhh, ha sido solo un sueño…»
…habitar la Presencia. Si «me voy» al pasado o al futuro es mental. Meditando siempre estoy en el Presente, siempre Soy.
…salirse del personaje y vivir desde el Ser, desde nuestra Esencia, desde la Consciencia.
CÓMO SE MEDITA
INTERIOR: Con los ojos cerrados adoptas interiormente la postura de testigo y ves pasar la “película” de los pensamientos sin identificarte con ellos. Entonces te deslizas en la pequeña pausa o brecha que se abre entre un pensamiento y el siguiente. Se trata de entrar en esa brecha, más allá del mundillo mental, para descubrir un espacio inmenso, desconocido e insospechado, de Quietud y Paz absoluta.
EXTERIOR: Con los ojos abiertos contemplas cualquier objeto externo, te vas fundiendo con el objeto: el sujeto (el que observa) deviene uno con el objeto (lo observado). Permaneciendo allí ya no hay diferencia entre el testigo y lo atestiguado, la percepción deviene no-dual. Con eso, se ha entrado en ese espacio de Paz y Quietud al cual la mente no tiene acceso.
Allí es donde empieza toda Meditación, lo que acontece anteriormente (ver Parte 1) son preludios. Al principio, suelen ser vislumbres de segundos. Con entrenamiento y práctica, con entusiasmo y constancia, se aprende a permanecer cada vez más «allí». Allí – siempre disponible para todas las personas – está esa Paz-Consciencia-Existencia-Bienaventuranza Absolutos de una “textura”, “sabor” e inmensidad que no se conocen en el mundo dual.